
La Corte Suprema dictaminó por unanimidad El martes que los tribunales federales no pueden revisar las decisiones de los funcionarios de inmigración de revocar peticiones de visa previamente aprobadas, una decisión que podría fortalecer significativamente el poder ejecutivo sobre inmigración.
Juez Ketanji Brown Jackson, por escrito para una Corte unánime, declaró que las revocaciones de visados son decisiones puramente discrecionales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que el Congreso ha colocado más allá de la revisión judicial.
El momento del fallo es significativo como ha prometido Donald Trump cambios agresivos de inmigración si es elegido para un segundo mandato. Más allá de su promesa de poner fin a la ciudadanía por nacimiento, Trump ha juró para llevar a cabo la “mayor operación de deportación interna en la historia de Estados Unidos” y restablecer su prohibición de viajar a ciertos países. Bajo la decisión de la Corte, el DHS tendría un poder amplio e inrevisable para revocar visas como parte de estas iniciativas, con una supervisión judicial limitada.
El caso se centró en Amina Bouarfa, una ciudadana estadounidense cuya petición de visa para su esposo no ciudadano fue inicialmente aprobada por el DHS, pero luego revocada después de que la agencia determinara que previamente había contraído un “matrimonio farsante” para evadir las leyes de inmigración.
El caso destaca una distinción clave en la ley migratoria: Algunas decisiones son obligatorias, donde los funcionarios deben seguir reglas específicas (como denegar una solicitud de visa si encuentran evidencia de un matrimonio ficticio), mientras que otras decisiones son discrecionales, donde el Congreso ha dado libertad a los funcionarios para decidir (como elegir si revocar una visa ya aprobada). El Tribunal determinó que las revocaciones de visas caen claramente en la categoría discrecional, lo que significa que los tribunales no pueden revisar estas decisiones.
Defensores de inmigración advierten que el fallo podría permitir revocaciones radicales de visas bajo una administración futura. Si bien los tribunales aún podrían escuchar casos que involucran violaciones constitucionales, como revocar visas basadas en la religión o sin ningún proceso, la decisión le da al DHS una libertad significativa para implementar políticas de inmigración más amplias a través de la revocación de visas.
El Tribunal señaló que persisten algunas salvaguardias. Los peticionarios de visa pueden presentar nuevas aplicaciones si se revocan sus aprobaciones, y los tribunales aún pueden revisar las denegaciones iniciales de visa. El juez Jackson enfatizó que esto crea “espacio para la misericordia” en el sistema, aunque los críticos argumentan que esta protección puede ofrecer poca ayuda práctica durante los períodos agresivos de aplicación.
La decisión unánime resuelve una división entre los tribunales federales de apelaciones sobre si los jueces pueden revisar las decisiones de revocación de visas. El fallo probablemente impactará en numerosos casos de inmigración donde el DHS revoca visas previamente aprobadas después de descubrir información descalificadora.
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