
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría tener consecuencias de gran alcance para las políticas de inmigración basadas en el empleo. Arraigado en su filosofía “America First”, se espera que estos cambios prioricen a los trabajadores estadounidenses y la seguridad nacional, lo que podría impactar significativamente la forma en que las empresas reclutan y retienen talento internacional. Esta publicación explora actores clave en el gabinete de Trump, detallando las reformas anticipadas, sus implicaciones y datos para contextualizar su importancia.
Las selecciones de Trump
Kristi Noem — Secretaria de Seguridad Nacional
Trump ha nominado a Kristi Noem, la ex gobernadora de Dakota del Sur, para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que supervisa agencias de inmigración como el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Noem ha abogado por una fuerte aplicación de la ley fronteriza, incluido el despliegue de tropas de la Guardia Nacional para frenar la inmigración ilegal.
Bajo su liderazgo, las empresas pueden enfrentar mayores auditorías de programas de visas basados en el empleo como H-1B, que representaron más 400,000 trabajadores en 2023, muchos de ellos en sectores críticos como la tecnología. Estas auditorías, además de potenciales I-9 auditorías y PERMlas auditorías de contratación relacionadas, podrían requerir que las empresas proporcionen una amplia documentación para demostrar el cumplimiento de las obligaciones legales y salariales. Durante el primer mandato de Trump, Las tasas de denegación H-1B aumentaron de 6% en 2015 a 24% en 2018, destacando cómo un escrutinio más estricto reconfiguró las aprobaciones de visas. Esta tendencia podría resurgir, aumentando las cargas administrativas para las empresas que ya están lidiando con la escasez de talento.
Durante el primer mandato de Trump, Las tasas de denegación H-1B aumentaron de 6% en 2015 a 24% en 2018, destacando cómo un escrutinio más estricto reconfiguró las aprobaciones de visas. Esta tendencia podría resurgir, aumentando las cargas administrativas para las empresas que ya están lidiando con la escasez de talento.
Tom Homan — El zar de la frontera
Tom Homan, ex director interino de ICE, ha sido seleccionado como “zar de la frontera”, encargado de supervisar la seguridad fronteriza y la aplicación de la ley de inmigración. El fuerte énfasis de Homan en el cumplimiento de normas sugiere que las empresas que emplean a personas con visas de intención no dual, como TN y E-2, tendrá que proporcionar documentación más completa para demostrar que los empleados cumplen con los requisitos de visa temporal y tienen vínculos en el hogar. Las visas de intención no dual requieren que los solicitantes demuestren que tienen la intención de regresar a su país de origen después de su estadía autorizada en los Estados Unidos.
El sector tecnológico, que depende en gran medida de los trabajadores internacionales, podría enfrentar desafíos importantes debido a tramitación consular demoras y adjudicaciones más estrictas, que a menudo implican revisiones adicionales o controles de seguridad de las solicitudes. En 2021, Los profesionales extranjeros representaron más del 60% de los puestos tecnológicos que requieren habilidades avanzadas, muchas en Visas H-1B. Un mayor escrutinio corre el riesgo de hacer que sea cada vez más difícil para las empresas asegurar la mano de obra calificada necesaria para campos críticos como la inteligencia artificial y la ciberseguridad.
Stephen Miller — Jefe Adjunto de Gabinete de Políticas
Stephen Miller, un arquitecto clave de las políticas de inmigración de la administración Trump, jugó un papel central en la configuración de un enfoque más restrictivo durante el primer mandato de Trump. Sus iniciativas incluyeron endurecer los criterios de elegibilidad de visa, restringir el acceso al asilo e implementar medidas controvertidas como prohibiciones de viaje. Estas políticas fueron diseñadas para reducir significativamente tanto la inmigración legal como la ilegal, al tiempo que enfatizaron una aplicación más estricta de las leyes existentes.
El regreso de Miller como Subjefe de Gabinete de Políticas señala un probable resurgimiento de estrategias similares dirigidas a frenar los beneficios migratorios. Por ejemplo, reconsiderar los requisitos H-1B basados en salarios podría priorizar los roles de mayor remuneración, limitando efectivamente las aprobaciones de visas a los profesionales de nivel superior y excluyendo los puestos de nivel básico y medio. Este cambio afectaría desproporcionadamente a las industrias que dependen del talento del segmento intermedio, como la consultoría de TI y el cuidado de la salud. Del mismo modo, los posibles cambios en el Entrenamiento Práctico Opcional (OPT) y los programas STEM OPT, que permiten a los estudiantes internacionales trabajar en los Estados Unidos después de graduarse, podrían imponer requisitos de elegibilidad más estrictos o acortar la duración de estos programas, interrumpiendo una cartera de talentos clave para las industrias STEM. Revisitando H-4 Los beneficios EAD, que otorgan autorización de trabajo a los cónyuges de los titulares de visas H-1B, podrían disuadir aún más a las familias extranjeras de buscar oportunidades de empleo en los Estados Unidos, creando barreras adicionales para los trabajadores calificados.
Datos del Instituto de Políticas Migratorias destacan el impacto potencial de estos cambios: 74% de los titulares de visas H-1B trabajan en campos STEM, con muchos de ellos ganando salarios por debajo de los niveles salariales más altos. Si las políticas de priorización salarial regresan, las empresas pueden necesitar ajustar sus estrategias de contratación para cumplir con los nuevos requisitos, lo que lleva a costos más altos y una menor flexibilidad. Tales medidas podrían dificultar significativamente que las empresas accedan al talento necesario para competir en áreas críticas como TI, inteligencia artificial y atención médica, lo que agota aún más un mercado laboral ya apretado.
Rodney Scott — Comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos
Rodney Scott, ex Jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, ha sido nominado como Comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Conocido por su enfoque acérrimo de la aplicación de la frontera, el liderazgo de Scott enfatiza el estricto cumplimiento de las leyes de inmigración y el reforzamiento de la seguridad fronteriza física y tecnológica. Es probable que su nombramiento traiga un escrutinio intensificado del comercio transfronterizo y los procesos de inmigración, afectando particularmente a industrias que dependen de cadenas de suministro extranjeras o talento internacional.
La historia de Scott sugiere un enfoque en expandir el uso de sistemas avanzados de vigilancia, como drones y sistemas biométricos de entrada/salida, para monitorear las actividades fronterizas de manera más efectiva. Estas medidas podrían conducir a una aplicación más estricta del cumplimiento de la visa de no inmigrante, particularmente para industrias dependientes de trabajadores estacionales bajo programas como H-2A y H-2B. Las empresas pueden enfrentar requisitos adicionales de cumplimiento, incluida la documentación del estatus migratorio de los empleados y la prueba de cumplimiento de las regulaciones laborales. Esta mayor supervisión podría crear desafíos significativos para sectores como la agricultura, la hospitalidad y la construcción, que dependen en gran medida de mano de obra extranjera.
Caleb Vitello — Director interino de Inmigración y Control de Aduanas
Se espera que Caleb Vitello, al asumir el papel de director interino de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), prosiga la agresiva agenda de aplicación de la administración. El enfoque de Vitello enfatiza la identificación y el enjuiciamiento del fraude de visas y responsabilizar a los empleadores por el empleo no autorizado. Empleadores que patrocinan a trabajadores extranjeros a través de programas como el H-1B, L-1 y O-1 las visas pueden anticipar un repunte en las redadas en el lugar de trabajo, auditorías I-9 e investigaciones sobre el cumplimiento de las leyes salariales y laborales.
El enfoque de la administración bajo Vitello podría incluir ampliar las iniciativas de intercambio de datos entre ICE y otras agencias federales, como el Departamento de Trabajo y USCIS, para identificar posibles discrepancias en los registros de empleo. Es posible que las empresas de industrias como la tecnología, la salud y la ingeniería, que emplean a una proporción significativa de trabajadores extranjeros, necesiten invertir en sistemas sólidos de cumplimiento de normas para mitigar los riesgos y evitar sanciones sustanciales por infracciones.
Tony Salisbury — Asesor Adjunto de Seguridad Nacional
Tony Salisbury ha sido seleccionado como Asesor Adjunto de Seguridad Nacional, cargo clave que asesora en políticas migratorias dentro del contexto más amplio de la seguridad nacional. Se espera que el papel de Salisbury implique la coordinación entre agencias como DHS, ICE y CBP para implementar estrategias integrales de aplicación de la ley de inmigración. Esto puede incluir volver a visitar las políticas de la era Trump como el programa “Permanecer en México” y aumentar el uso de procesos de deportación acelerados para las personas consideradas no elegibles para asilo u otro tipo de ayuda.
Para las empresas, la influencia de Salisbury podría extenderse a la configuración de políticas que ajusten la elegibilidad para las tarjetas verdes basadas en el empleo y examinen vías como EB-2 y EB-3 visados. Es posible que los empleadores deban prepararse para mayores requisitos de documentación para demostrar que la contratación de trabajadores extranjeros no afecta negativamente las condiciones del mercado laboral de Estados Unidos. Además, estándares de adjudicación más estrictos para Certificaciones laborales PERM podría plantear obstáculos para las empresas que buscan patrocinar a profesionales extranjeros calificados para la residencia permanente.
Marco Rubio — Secretario de Estado
Como secretario de Estado, Marco Rubio podría desempeñar un papel en el refuerzo de políticas migratorias restrictivas basadas en el empleo alineadas con los objetivos más amplios de la administración. Rubio podría influir en la tramitación de visados mediante medidas destinadas a aumentar el escrutinio de categorías basadas en el empleo como H-1B, L-1, y E-3 visados. Esto podría resultar en tiempos de procesamiento más largos, mayores tasas de denegación y requisitos de cumplimiento más estrictos para los empleadores que contratan profesionales extranjeros.
El resultado final
Con este grupo de personas designadas, la administración señala un cambio hacia políticas migratorias y cumplimiento más estrictas. Las empresas que dependen del talento internacional deben prepararse para un mayor escrutinio, cambios potenciales en programas clave de visas como H-1B y L-1, y un enfoque en el cumplimiento. La planificación proactiva y la adaptabilidad serán esenciales para navegar el panorama en evolución de manera eficiente.
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